Exportar nuestro gas es corrupción

Tuesday, May 11, 2010

En los últimos días el país observa atónito la avalancha de denuncias de corrupción que enlodan al gobierno aprista. Pero hoy, en el año 2010, esta no es una situación asilada que ocurre entre supuestos demócratas impolutos sino la persistencia de un sistema de corrupción, que viene de antaño con la república criolla, que es repotenciado por Fujimori y Montesinos en la década pasada y determina la acción de los siguientes gobiernos elegidos. La corrupción, entonces, como lo hemos dicho reiteradas veces, no es solo un problema de conductas sino de sistema. Se trata de un capitalismo de amigotes en el que nuestro territorio no se entiende como un mercado (bueno fuera) ni como una nación, sino como una plataforma de saqueo de las riquezas que en él se encuentran.

Es el caso del gas de Camisea que, como han señalado diversos especialistas, constituye una oportunidad estratégica de cambiar nuestra matriz energética y tener una fuente de combustible barato que podría constituirse en una herramienta de desarrollo para los próximos 40 o 50 años. Sin embargo, los últimos gobiernos, Toledo y García, han preferido dar este recurso a un grupo de inversionistas privados que privilegian la exportación. Humberto Campodónico ha señalado que el 47% de este gas barato (el que dejó Shell cuando se fue del país)está comprometido para irse al extranjero, presumiblemente a Chile.

"La corrupción no es problema de conductas sino de sistema."

Un latrocinio de semejante magnitud, que prefiere el desarrollo de otros antes que el del Perú, solo es posible en gobernantes con un mentalidad colonial. Me refiero a aquellos que llevan la marca, por nacimiento, adopción o estirpe, de la dictadura fujimontesinista y por ello carecen de identidad con el país. Esta traición a las lealtades más primarias en nuestros últimos dos gobernantes no hace sino seguir la pauta del autócrata que batió todos los récords de la corrupción republicana, genera el contexto para multiplicar los escándalos al infinito y convertir la corrupción en la forma misma de gobierno del país.

Impedir la exportación del gas se ha convertido así en la gran tarea de la lucha anticorrupción, en el parteaguas que señala quiénes quieren que el Perú sea una plataforma de saqueo de un grupo de aventureros y quiénes una nación moderna. A ver si políticos como Lourdes Flores o Alejandro Toledo, que se llenan la boca con el discurso anticorrupción, se atreven siquiera a decir una palabra sobre la exportación del gas. ¡No se oye padre!

Publicado originalmente en La República