La soberbia es una mala consejera

Friday, November 21, 2025

La soberbia es una mala consejera

Nicolás Lynch

Las elecciones internas en la alianza de izquierda Venceremos han sacado chispas en un sentido para algunos impensable: la subjetividad personal de los actores en el proceso, sobre todo de los perdedores, del partido Nuevo Perú, que se precia de ser el más renovado de la izquierda peruana. Unas chispas que revelan hondos huecos negros en la vía láctea de la cultura política izquierdista.Encuentro cuatro problemas con los disgustados de Nuevo Perú, que no son todos por supuesto ni espero que abarquen a la mayoría.Primero, tuvieron un mal candidato y se lo dijimos a sus dirigentes muchos observadores de izquierda, dentro y fuera de Nuevo Perú, desde el primero momento. Sin embargo, algún valedor o valedores tenía Vicente Alanoca porque lo mantuvieron a pesar de todo. La razón es muy sencilla, no tenía una trayectoria política nacional ni tampoco regional y es evidente que, para ser candidato, precandidato en este caso, se necesita la trayectoria que da el liderazgo indispensable para la tarea. Quisieron compararlo con Pedro Castillo y tener a alguien para dar “la sorpresa” el 2026, pero no eran lo mismo, Castillo había liderado pocos años antes la lucha sindical más grande del magisterio en mucho tiempo y tenía una red nacional de contactos que lo respaldaba, lo que no ha sido el caso de Alanoca.Segundo, tenían una propuesta de programa encabezada con una consigna equivocada, alusiva a la plurinacionalidad, cuando en el Perú no existen naciones diferenciadas que puedan confluir en un futuro Estado Plurinacional. Lo que tenemos es una nación peruana en formación, que desde la unidad recoge la diversidad. Ver las cosas al revés no sólo es teórica e históricamente falso, sino que corre el gravísimo riesgo de promover la división en un país ya harto fragmentado. Para los curiosos en la materia les recuerdo a Mariátegui, en sus dos primeros ensayos de su libro clásico, y además les presento dos textos, uno de Sinecio López, De Incas imperiales a campesinos indígenas, recientemente republicado y otro mío, Asamblea Constituyente Ciudadana o Plurinaconal, que encuentran en este mismo portal otramirada.pe .Tercero, la reacción de indignación de muchos compañeros no tenía que ver con que les hubieran hecho trampa, cosa que no han denunciado, sino con que otros no pensaran como ellos. Esto es extraño en un político que se dice democrático y acepta competir de acuerdo con determinadas reglas. Si el proceso es limpio, se gana o se pierde, punto. Salvo que unas personas o una organización se crea superiores a los demás y crean que estos deben hacerles caso por ello. Si es así, el fenómeno se llama soberbia y creo que es lo que define la situación, por eso el título de la nota.Por último, el disgusto ha llevado algunos a descalificar a sus críticos, señalándolos con el adjetivo más a la mano para la ocasión: “racista”. Ojalá que las descalificaciones no se prolonguen, porque suelen ser el elemento que corroe con la mayor rapidez y eficacia un elemento central para la organización que es la confianza. Tenemos por delante una dura campaña electoral que necesitará, especialmente de las fuerzas progresistas y de izquierda, una gran voluntad de unidad y trabajo conjunto porque enfrentamos enemigos con un inmenso poder para conservar su régimen autoritario y destructor del Perú.Para terminar, es importante rescatar las palabras de la compañera Verónika Mendoza que ha llamado a la calma, el respeto mutuo y el cumplimiento de los acuerdos, como una expresión de seriedad en la política que permite la acción unitaria.Ojalá este temperamento se imponga finalmente y se pueda dar una buena pelea de aquí a abril del 2026.