¿Maestros rojos en el Cusco?
A partir del 15 de junio pasado los maestros de la región del Cusco se encuentran en huelga general indefinida. Es posible que a partir del día 12 de julio esta medida de lucha se enlace con la convocatoria a una huelga convocada por el Comité Nacional de Reconstrucción (CONARE)–SUTEP a nivel nacional.
La prensa limeña e incluso el propio Presidente de la República han desdeñado esta lucha señalando que tenía infiltración senderista. Sin embargo, una visión más cercana del problema nos hace ver que se trata de un movimiento social que tiene paralizados el 100% de los colegios públicos del Cusco y que cuenta con el masivo apoyo de los estudiantes, los padres de familia, los colegios particulares y hasta el propio Gobierno Regional del Cusco.
¿Qué piden los maestros cusqueños? Básicamente reivindicaciones económicas. Un piso salarial no menor a una UIT, pensiones que no sean inferiores a un sueldo mínimo, libre desafiliación de las AFP, pago de las deudas sociales por la vía administrativa y no judicial, carga escolar no mayor a 20 estudiantes por clase en la ciudad y 8 en el campo, modificación de la evaluación docente para darle un carácter formativo y no punitivo, etc. Los dirigentes argumentan que el promedio de la remuneración de un maestro cusqueño es inferior a la remuneración nacional y que las promesas de aumentos en los últimos años se han visto sistemáticamente incumplidas.
Una observación directa de asambleas y movilizaciones, en las ciudades de Cusco y Quillabamba, me lleva a la percepción de que se trata de un vasto movimiento de base que ha logrado movilizar a un magisterio sistemáticamente maltratado y postergado, que hoy se expresa con una molestia grande contra los poderes públicos en sus diversas instancias. De lo que pude recoger de otros observadores y líderes locales los dirigentes del movimiento tienen cercanía con Puka Llacta (Pueblo Rojo), una antigua disidencia radical de Patria Roja de la década de 1970. Asimismo, señalan también la presencia de Sendero Luminoso, pero subordinado al primero. Dos formaciones, Puka Llacta y Sendero Luminoso, de corte extremista y totalitario que no presagian nada bueno para la democracia.
De igual forma, la afiliación de este SUTEP regional al CONARE, la coordinadora de SUTEs radicales opuestos a la dirección nacional del Sindicato influenciado por Patria Roja, nos da también una importante referencia sobre la conducción política del movimiento. Es más, si llegara a prender la huelga magisterial que plantea CONARE —tomando en cuenta que según los entendidos esta coordinadora controla 11 de las 25 regiones del sindicato magisterial— la lucha pasaría a otro nivel.
Definitivamente no podemos descartar la actual huelga magisterial en el Cusco debido a la conducción política radical que tiene. Se trata de un movimiento social enraizado en su sector con un reclamo salarial justo que, ante la ausencia o los errores de otras conducciones políticas, tiene a Puka Llacta al frente. Este asunto creo que nos señala dos lecciones, una para el gobierno de PPK y otra para la izquierda. El gobierno debe entender, de una vez por todas, que la política del “maestro barato” a la que el Estado se halla abocado por los menos desde el segundo gobierno de Alan García debe terminar. Es curioso, pero hasta el propio PPK se ha manifestado en este sentido en varias oportunidades pero hasta ahora nada. La izquierda que apuesta a la democracia, por su parte, debe también entender que sus propuestas políticas solo echarán raíces si une la tribuna parlamentaria y el grito episódico en las plazas limeñas a la construcción de movimientos sociales de aliento que sean una base duradera para futuros liderazgos y triunfos electorales.
La solución está servida pero hay que romper con 25 años de ajuste económico y criminalización de la protesta.