Apoyos deseables e indeseables
Los resultados de las últimas encuestas que ya ponen por delante a Susana Villarán frente a Lourdes Flores en la competencia por la alcaldía de Lima demuestran que una cosa es estar o haber estado asociada con una persona acusada de narcotráfico y otra con una organización política otrora radical. La diferencia es muy importante porque el electorado, luego de 20 años de antipolítica, estaría diferenciando entre el delito común y la política propiamente tal. Esto sería un avance, no solo para la salud de estas elecciones municipales sino para la democracia en el Perú.
Sin embargo, el paso adelante de Susana Villarán nos hace ver también que esta última ha aprovechado mucho mejor la salida de Kouri de la contienda, tanto en relación con Lourdes Flores como con los medios de derecha que han intentado infructuosamente de relacionarla hasta con el terrorismo. Sorprende, eso sí, que no haya aceptado el apoyo del PNPy el propio Ollanta Humala, a pesar de su alianza con Patria Roja, ya que este no hace sino beneficiarla en el tramo final de la campaña. Por otra parte, el nacionalismo y Humala mismo quedan bien reconociendo el avance de las fuerzas del centroizquierda en una plaza que antes les ha sido esquiva.
La derecha, por su parte, tanto en su versión mafiosa como democrática, aparece descolocada como democrática, aparece descolocada en este escenario. Primero, han perdido a Kouri, luego ven hundirse a Lourdes. Pero incluso si esta última ganara la alcaldía- lo que cada vez parece menos probable - sería una victoria pírrica conseguida con apoyos definitivamente cuestionables como los de Alan García y fujimorismo. Esta situación nos hace pensar inevitablemente en las elecciones generales. ¿Alcanzará la descolocada de Lourdes a Castañeda, Keiko y Toledo?¿Cómo quedan estos intercambiables frente a una corrida hacia el centroizquierda de buena parte del electorado de su plaza más importante como es Lima? Definitivamente los defensores del modelo neoliberal, más allá del carácter vecinal de las elecciones municipales, ya están golpeados.
Regresamos así al dilema que planteáramos hace dos semanas. Si Susana es elegida alcaldesa, queda a Ollanta Humala a la delicada tarea de hilar muy fino en favor de una amplia coalición por el cambio. De todas formas, la reacción del electorado limeño en las últimas semanas parece ser un buen síntoma de lo que podría ocurrir dentro de seis meses en todo el país.
Publicado originalmente en La República.