¿Cuál crecimiento?

Tuesday, August 3, 2010

Con motivo de los balances de Fiestas Patrias y buscando proyectar una agenda para los próximas elecciones generales, muchos analistas han señalado que hay que cuidar el crecimiento del PBI logrado en años recientes. En este propósito caen incluso algunos analistas progresistas, como si las cifras de este o cualquier otro crecimiento económico fueran independientes del modelo que las genera.

Es indudable que para poder alcanzar el desarrollo hay necesidad de crecimiento económico, de eso a nadie le caben dudas. Sin embargo no es lo mismo cualquier crecimiento. Este crecimiento económico es producto de un modelo neoliberal, que genera por su propia naturaleza concentración del ingreso y exclusión social. Estas características no son defectos del modelo sino inherentes a él mismo. No cabe por tanto hacerle correcciones, porque el modelo necesita concentrar y excluir para poder generar crecimiento. Las políticas sociales en estas condiciones no son sino paliativos que no van a la raiz de la desigualdad que el modelo genera, por más focalizados que estén sus objetivos. Las cifras de múltiples expertos que colaboran en este diario están allí para confirmarlo. Es más, este crecimiento necesita una democracia precaria o democradura como prefieren llamarla mis colegas para poder generarse. Si se trata de un modelo que excluye a la mayoría, ese 70% de la PEA que se mueve entre la desocupación y la informalidad según los más optimistas, es lógico que esta mayoría proteste por los canales que tenga más a la mano y que el régimen necesite reprimirla para poder funcionar. Este crecimiento entonces debe criminalizar la protesta para funcionar.

Necesitamos por ello otro crecimiento económico. Un crecimiento que sea fruto de un modelo más equitativo e incluyente. Un modelo que genere empleo decente y propicie, por la vía de la generación de valor agregado, la articulación de nuestros mercados internos con el mercado mundial. Este crecimiento podrá ser la base para una democracia que represente a los ciudadanos y estimule su participación antes que su represión. Es más, es el único tipo de crecimiento sostenible en el largo plazo.

La gran diferencia con aquellos que quieren cuidar el crecimiento actual es que para producir un crecimiento sostenible se necesita una ruptura con el modelo, tanto económica como política, que ponga al país en un rumbo distinto. La agenda del 2011 continúa siendo, por ello, la de ruptura con el modelo neoliberal para que el Perú pueda, efectivamente, tener futuro.

Publicado originalmente en La República.