Sendero y sus negadores
El uso recurrente que hacen de Sendero Luminoso los medios y políticos de derecha tiene ahora una nueva faceta: su negación como amenaza ideológica. A Sendero lo usa como cuco cuando hay alguna movilización social, para identificar a todos los que reclaman, casi por cualquier cosa, como terroristas. Sin embargo, cuando se produce la aparición de un pequeño grupo de simpatizantes de SL con reclamos específicos de legalización y amnistía, niegan la necesidad de desenmascarar ideológicamente ese reclamo farsante y optan simple y llanamente por la represión.
Es curioso, pero entre el uso de Sendero como cuco contra la lucha social y la negativa a dar el combate ideológico contra el mismo, hay una estrecha conexión. Quienes así proceden, los voceros apristas y la derecha mafiosa en este caso, necesitan que Sendero siga existiendo en una o varias formas, sean los acuerdistas de San Marcos o los sicarios del VRAE, porque su permanencia aunque sea aislada y desfigurada, les permite a ellos mostrarse como los eternos salvadores de la sociedad contra la amenaza terrorista y de esa manera continuar perpetuando su economía neoliberal y su democracia precaria.
"Necesitan que Sendero Luminoso siga existiendo."
El ejemplo mas reciente de este comportamiento perverso es el DS que excluye de las aulas a los sentenciados por terrorismo que deseen volver a su trabajo. Además de insconstitucional, porque a nadie se le puede negar el derecho a reinsertarse en la sociedad luego de cumplir su pena, el decreto opta por el camino fácil e ineficaz de la prohibición, en lugar de brindar a las escuelas las condiciones para que se desarrollen como espacios democráticos, ajenos a la estrechez en la que ahora se desenvuelven. Con la prohibición en cambio no hacen sino reafirmar en los ex subversivos y los que eventualmente los rodeen sus antiguas ideas totalitarias. Por último, el decreto expresa desconfianza en las autoridades educativas a todo nivel, que deben ser las encargadas de aplicar la ley en caso de que se produzca un uso indebido del magisterio docente.
Por ello, se hace más necesario que nunca el combate ideológico, pero en dos frentes. Primero, contra Sendero mismo, que hoy quiere aparecer como lo que no es, usando la democracia porque no tiene condiciones para otra cosa. Y segundo, contra los reaccionarios de siempre que encuentra en cualquier Sendero el amuleto para mantener sus privilegios.